Entradas populares

domingo, 30 de octubre de 2011

I'm lonely, in the middle of the crowd.


Es alucinante, el modo en el que, incluso estando rodeada de una marea de gente, puedes sentirte tan sola. Hay miles de personas a tu alrededor, pero ninguna está contigo. Cada loco con su tema, y tú en medio, sintiéndote ignorada, incomprendida, como si no pudiesen verte, oírte o sentirte. Y en cierto modo es algo así, no pueden sentir lo que tu sientes, porque la empatía es sinónimo de debilidad, es algo que no sirve para nada, más que para destruirte.
Por desgracia, soy una de las pocas personas en este mundo que conservan esa cualidad. Tengo la virtud, o defecto, según por donde se mire, de saber qué sienten los demás, y sentirlo yo también. Está muy bien cuando son alegrías, pero con las penas es un arma de autodestrucción. Lo peor de todo es que cuando eres tú la que siente esas penas por ti misma, nadie parece notarlo, estás sola.
Y si no bastaba con eso, también está mi muro defensivo. Os explico: de pequeña, era muy sensible, y a la mínima estaba llorando. Eso me hacía parecer mucho más indefensa, si no era suficiente mi tamaño. Cuando empecé a ir al instituto decidí que ya era hora de hacerme valiente, de no dejar que nadie más me viese llorar. Desde entonces, las lágrimas en público fueron reduciéndose, hasta hoy. Es por eso que, si hay alguien a mi alrededor, aunque por dentro esté completamente rota, por fuera parezco feliz, como siempre. Quizás un poco ausente, pero jamás asoma una lágrima. Y eso me hace sentirme todavía peor. ¿Qué puede haber peor que sentirse mal? Que nadie sepa que estás mal.